Wednesday, June 13, 2007

Mientras terminábamos de almorzar el día de hoy y entre los múltiples temas que afloraban en la sobremesa, la visita del momento habló tiernamente de que hace unos años atrás, un pequeño de unos 10 años de edad, conocido por ella, le había dicho que estaba llorando porque quería pololear con una niña y esta le dijo que primero debía hablar con su padre. El pequeño optó por dejar todo de lado por jugárselas e ir a comer junto a su niña en la casa de los padres de ella. Al terminar la cena el padre le pregunta a este niño cual era la razón, por la cual, este venía, sonrojado y con un dejo de firmeza se para, posando sus manos sobre los hombros de su amada, le cuenta lo que siente por ella y le pide permiso a este para que pueda aprender junto a su hija lo que es el amor.

El padre de la princesa le había dicho que no le daba permiso para pololear con su hija porque eran muy chicos y en la mesa se rieron de eso. Este, al ver que sus sueños se caían a pedazos, no se pudo contener y se fue corriendo mientras dejaba las lágrimas en el camino y la recordaba por última vez.

Por mi parte argumenté, que si bien, lo más común y “natural” es que un padre no quiera que su hija pololee por el amor incondicional que le tiene (ya que la excusa de que son muy chicos es sin argumentos, porque el amor no tiene edad, raza ni color) en el pequeño provocó que este ser lleno de amor se pusiera a llorar desconsoladamente mientras caía en los brazos de nuestra visita.
Por eso digo en estos momentos, ese padre que le niega la llegada del amor a su hija en una edad en que ella se siente capacitada para entregar todo el amor que le ofrecen sus padres en el día a día, a un niño que le gusta y esta experiencia marca lo que será su futuro. ¿El padre está conciente que si fuerza a su hija a que cuando quiera iniciar algo que crea correcto, sano y puro desde lo más profundo de su alma, al negarle el resplandor del amor que ilumina sus días de infancia, provoque que la siguiente vez que ella sienta que hace lo correcto termine aprendiendo en la calle, lo que su padre no fue capaz de hacer por miedo a ver a su hija crecer? Dejo la pregunta al viento, porque cada uno tiene sus propios puntos de vista y todas las respuestas, independientemente de lo que uno crea que su punto de vista es el correcto, son válidas y uno debe respetar eso.

1 comment:

Lilith said...

mmm
es que...
los papás siempre tienden
a sobreproteger a las hijas

mi papá es así
dice que soy su princesita
y el otro día se dio cuenta que voy a cumplir 20 (cosa que no quero)
y no sé dio cuenta de artas cosas...

no creo que sean de malos
es un cariño distinto

jaaja

ya eso
me dio sueño

Besitos*